FALLECIO UNA BEBE DE 5 MESES EN GENERAL PINTO POR EL FRIO

19/7/10- La de ayer fue una noche desolada, abrumada por el intenso frío. Frío silencioso que se clavó como un puñal en el cuerpo de una bebé de 5 meses. Cuando amaneció, la madre vio que no despertaba ni se movía.
General Pinto amaneció con otro drama de carácter social. Ya no le pertenecía el dolor sólo a una familia muy humilde que habita, también, una precaria vivienda.
No puede establecerse, si nadie escuchó el pedido de ayuda. Mientras tanto, la pobre criatura falleció como consecuencia del trágico albur.
Un cuadro desolador fue el que halló la fiscal Vanina Lisazo, justo el último día de su turno semanal en sus funciones en el Departamento Judicial de Junín, al arribar al lugar en horas de la mañana y enfrentar ese cuadro dramático.
La situación de precariedad que afronta la familia víctima fue una impronta para el desenlace. Ni un medio de calefaccionamiento, ni una estufa. Ni un brasero. La causa está caratulada como Averiguación de causales de muerte.
Una realidad a la que no escapa una vasta región del noroeste. El diario La Verdad lo expresa en su edición del sábado: “hay 5.000 familias inscriptas en el censo de emergencia habitacional del municipio. Muchos de ellos viven como pueden en condiciones precarias, similares a la de las villas de emergencia. Testimonios de una realidad que se extiende en el horizonte de las calles de tierra, no muy lejos de las luces del centro”.
“Cuatro chapas, algunos cartones y nylon se sostienen como pueden, entre el pasto amarillento y los manchones de tierra. Al lado hay otra construcción similar, que tiene como extra algunos postes mal clavados como sostén. Esa es una fotografía que se está multiplicando en la ciudad. Son casas precarias, llenas de necesidad, iguales (o muy parecidas) a las que se levantan en las villas miseria. Antes se veían por televisión. Hoy están a la vuelta de la esquina.
Ya son cientos los quienes viven en condiciones de suma precariedad, a los que sólo algunos elementos materiales básicos les sirven para ampararse del crudo invierno. En varios barrios periféricos, como San Juan, La Celeste, La Vaca o El Progreso, los asentamientos se van acrecentando.
En los lotes, que alguna vez estuvieron desiertos y cubiertos por la malezas, hoy se levantan con frecuencias construcciones improvisadas. “Vivimos como podemos. No le robamos nada a nadie, pero no podemos pagar un alquiler ni comprar materiales”, contó una vecina del barrio San Juan, que desde hace algunos meses vive en una casa hecha con algunas chapas y palos…”
Fuente: laverdadonline.com.ar
Escribe José Antonio Gavilán

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