El 63,4% de la renta agrícola queda para el Estado

27/9/21- Con datos a septiembre, el Estado parece ser el socio mayoritario en su sociedad de hecho con los productores agrícolas, que en gran medida explica el malestar que reina hoy en el sector agropecuario.

Es que por cada $ 100 pesos de renta que genera la actividad agrícola, tomando los principales cultivos (soja, maíz, trigo y girasol) y descontando los gastos al valor de la producción, el Estado se queda con el 63,4% en concepto de impuestos, mientras que el costo de la tierra representa el 20,2% y al productor le que el restante 16,2%.

Así lo revela el índice FADA Nacional que hoy dio a conocer la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), que apunta además, la fuerte participación de la Nación sobre la renta agrícola.

Según la entidad, los impuestos nacionales no coparticipables representan un 68% del total de recursos que tributa el sector, mientras que los tributos que recauda la Nación y se coparticipan totalizan el 26,7%, los impuestos provinciales el 4,7% y las tasas municipales un 0,6%.

El informe, que FADA elabora en forma trimestral, busca hacer foco en cuánto de la renta agrícola queda en manos del Estado. En esta oportunidad el índice  aumento 1,6 puntos porcentuales respecto de la medición anterior, y en gran medida se atribuye a la suba de costos.

La razón que explica esta pérdida de participación en la renta hay que buscarla en la suba de costos. «¿Por qué subió?», se pregunta FADA, y la respuesta es simple. «Impuestos y más impuestos. La mayoría (el 68%) son nacionales no coparticipables, es decir, son recursos que se le están quitando a las ciudades del interior, principalmente por los Derechos de Exportación», explica David Miazzo, economista Jefe de FADA.

El otro aspecto que incide tiene que ver con el costo de algunos insumos. «La principal razón por la que subió el índice es que se incrementaron los costos de los insumos. Dentro de los insumos, los fertilizantes han presentado aumentos anuales de hasta el 50%», reseñó Miazzo.

Según detalló el economista «los mayores costos hacen reducir la renta, pero los impuestos no se reducen en la misma proporción». Y allí la clave es el perfil de impuestos con mayor incidencia. 

«Esto pasa porque el principal impuesto son los derechos de exportación, que se calculan sobre el precio de los productos y no sobre las ganancias que genera la producción», destaca Miazzo.

Otro tanto puede atribuirse al tipo de cambio. En las actividades exportadoras como la producción de granos, es muy importante el tipo de cambio real (descontado el efecto inflacionario) porque hace a su competitividad, apunta. 

«En los últimos 12 meses el tipo de cambio real ha caído, porque la inflación ha sido mayor a la suba del tipo de cambio oficial. Mientras que la inflación fue del 51,8% el dólar oficial subió un 30%». 

Por otro lado, se observan diferencias en el impacto de los impuestos en la renta según cultivos. Mientras en el caso de la soja el 53% de los costos de una hectárea de soja están estrictamente dolarizados, si se considera el costo de la tierra representa el 65%.

En cuanto al maíz, los fertilizantes y semillas tienen mayor peso en la estructura de costos, de modo que los costos dolarizados ascienden al 58% y si se considera el costo de la tierra, el peso de los costos dolarizados asciende al 65%.

Por : Carlos Boyadjian

Fuente: elcronista.com.ar

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