ADVIERTEN QUE EL TREN JUNIN-RETIRO SIGUE SIN CONTAR CON LAS MEDIDAS BASICAS DE SEGURIDAD

A seis meses del trágico accidente de San Miguel.
A seis meses del trágico accidente de San Miguel.
20/9/11- A más de siete meses del trágico accidente de San Miguel, ocurrido el 16 de febrero último, entre una formación de Ferrobaires que viajaba desde Retiro a Junín y el vagón furgón de un tren de la línea San Martín, el servicio sigue sin contar con las medidas básicas de seguridad, según relataron fuentes irrefutables al diario Democracia de Junín.

“El servicio sigue igual o incluso peor al día del accidente”, aseguraron las fuentes. “Hay muchas fallas en la locomotora, seguimos sufriendo la falta de materiales para reparar las máquinas. Las zapatas de frenado del tren no se entregan en la cantidad necesaria y esto hace que la regulación de los frenos sea inferior”, alertaron.
“Las locomotoras que vienen a Junín están a la miseria”, afirmaron.
Según pudo averiguar este diario, de los cuatro motores que tiene una locomotora, sólo funcionan dos. “Hace un mes atrás, aproximadamente, hubo una máquina que quedó parada en Retiro, no pudo salir porque la CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte) consideró que no estaba en condiciones”, confiaron.

Las vías, un “desastre”

Otro tema son las vías, que según las fuentes, son un “desastre”.
De hecho, los trenes de Junín a Retiro corren a un promedio de entre 40 y 45 kilómetros por hora, y a la vuelta, entre 50 y 55.
En la época de Ferrocarriles Argentinos, en la década del 90, corrían a 70 kilómetros por hora, y si las vías estuviesen en buenas condiciones, el tren –explicaron los especialistas consultados- podría viajar a 120 kilómetros por hora.
También suele fallar –averiguó este diario- la comunicación con los guardas, a través del sistema de handy, ya que al estar en mal estado hay problemas de emisión y recepción. Es que el guarda es el que “despacha” la formación y muchas veces se producen demoras, justamente, porque el conductor no alcanza a oír al guarda.
Fundamentalmente en verano, los cañadones al costado de la vía también tornan peligroso el viaje, y provoca que los pasajeros tengan que mantener las ventanillas cerradas para evitar lesiones o roturas del vidrio.
Todas estas situaciones, sumadas, trazan un alarmante panorama, que deja en evidencia años de desmantelamiento y, asimismo, la completa falta de políticas de estado para el ferrocarril.
“Lo único que hemos solucionado es el sistema satelital para la operación de trenes MCT”, soltó una fuente de Ferrobaires. Este programa es el que habilita a cada formación a circular, por ejemplo de Junín a Chacabuco.
Pero a los problemas de seguridad y a la falta de materiales, se agregan las demoras, las cancelaciones de servicios y las constantes quejas de los pasajeros. “Hay quejas, pero el pasajero termina viajando igual por la diferencia de precio que hay con el colectivo”, explicó una fuente de la empresa.
En efecto, viajar en tren desde nuestra ciudad hasta Capital Federal cuesta 23 pesos, mientras que el pasaje más económico en ómnibus sale 89 pesos (semi cama).

Cuatro largos meses

Cabe recordar que tras el trágico accidente del 16 de febrero último este servicio esencial estuvo inactivo durante cuatro meses, donde cientos de personas se quedaron prácticamente sin poder viajar, ya que no contaban con la posibilidad de hacerlo en colectivo.
El choque de trenes que dañó la locomotora y los vagones se produjo el 16 de febrero, poco después de las 18.30, cuando la formación de Ferrobaires, que viajaba a Junín colisionó con el vagón furgón de un tren de la línea San Martín, que estaba detenido a la espera de llegar a la estación San Miguel, ubicada a siete cuadras del lugar del choque.
En el accidente murieron cuatro personas y otras 120 sufrieron heridas.
El 18 de febrero, el jefe de Gabinete provincial, Alberto Pérez, anunció la intervención de la empresa y asumió en el cargo Antonio Maltana, quien reconoció el alto grado de deterioro de las vías y el material rodante.
Precisamente, algunas de las pericias judiciales efectuadas tras el accidente determinaron que si los frenos del tren no hubiesen estado anulados la locomotora habría tenido tiempo suficiente para detenerse y evitar la colisión.
El informe también estableció que el maquinista del tren, Sergio Balbi, estaba enviando mensajes de texto con su celular y no habría visto la luz que advertía la presencia de un tren detenido.
En la causa, a cargo del juez federal de San Martín, Juan Manuel Yalj, se dictó el procesamiento del maquinista Balbi y su acompañante Carlos Raviola y allí aparecen comprometidos los responsables del sector mantenimiento de la empresa Ferrobaires.
por Franco Ruiz para www.diariodemocracia.com.ar

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