COMUNICADO DE MUJERES DE FUERZA PERONISTA PARA LA VICTORIA

6/3/18- En Argentina contamos con un rico movimiento de mujeres que desde sus inicios ha llevado adelante diversas luchas para la consagración de sus derechos. En distintos momentos políticos muchos de ellos se han hecho efectivos: la ley de sufragio femenino durante el primer gobierno peronista y la ley de divorcio durante el gobierno de Alfonsín marcan un hito en la expansión de nuestras conquistas.

Siguiendo en esta línea histórica, a partir del año 2003, con la llegada de Néstor y Cristina al gobierno, se comienza a constituir un marco normativo específico a las diversas problemáticas de género: – Resolución 20780 para la creación de la Comisaria de la Mujer y/o Familia en todo el territorio bonaerense (2006); – Programa Nacional de Educación Sexual Integral (2006); – Ley de Trata de Personas y Asistencia a sus Victimas (2008). Incorporación en el año 2012 de no aceptación del “consentimiento” y el cumplimiento efectivo de las penas; – Ley 26485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (2009); – Decreto Nacional que promueve la erradicación de los avisos de oferta sexual en los medios gráficos (2011); Ley de Matrimonio Igualitario (2010); – Ley de Identidad de Género (2012); – la nueva tipificación “Femicidio”, que agrava la pena de homicidio de una mujer o trans cuando este motivado por su condición de género (2012); – nuevo Código Civil que modifica los procedimientos para acceder al divorcio; – creación de la UFEM (Unidad Fiscal Especializada en violencia contra las mujeres y colectivo LGBTI) (2015); – Ley de Patrocinio Legal Gratuito (2015).
Estas legislaciones fueron acompañadas de políticas públicas focalizadas para erradicar las formas de violencia que sufrimos las mujeres, en un contexto de avance económico, distribución de la riqueza e institucionalización de la equidad a partir de la transversalidad de la perspectiva de género en todas las acciones de las áreas de gobierno.
Luego del año 2015, junto al cambio de gobierno y la instalación de un régimen neoliberal, se modifica en términos simbólicos y materiales la concepción sobre el rol del Estado y sus políticas. Asistimos actualmente a la vieja receta del achicamiento del Estado y a una fulminante transferencia de recursos económicos hacia los sectores mas ricos, que implica la reducción del presupuesto en políticas sociales, la destrucción de la matriz productiva, ajuste el bolsillo de las y los trabajadores, endeudamiento externo y perdida de la soberanía política. En este marco, las mujeres como trabajadoras, como sostén de hogar, como ciudadanas de esta tierra sufrimos directamente las políticas del gobierno de cambiemos, y particularmente, como sector, somos una variable de ajuste más en las políticas de género que nos debiera garantizar el Estado.
Cambiemos atenta contra nosotras cuando licua los ingresos sociales cuyas titulares de beneficios son mayoritariamente mujeres. Atenta contra nosotras cuando sanciona el ajuste previsional y elimina la moratoria jubilatoria. Atenta contra nosotras eliminando la Unidad Fiscal Especializada en casos de Violencia contra las Mujeres. Atenta contra nosotras cuando desmantela los programas de atención y asistencia a las victimas de violencia de genero. Atenta contra nosotras cuando reduce en términos nominales y reales el presupuesto asignado al Instituto Nacional de la Mujer. Atenta contra nosotras cuando vacía el Programa Nacional de Salud Sexual Integral y se triplican los casos de enfermedades de transmisión sexual. Atenta contra nosotras cuando destruye los programas “Argentina Trabaja” y “Ellas Hacen”, que significó para muchas la autonomía económica para romper las relaciones en las que se sufría violencia. Atenta contra nosotras cuando elimina la Paritaria Nacional Docente, cuya planta femenina alcanza el % 90. Atenta contra nosotras cuando deja al Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de todas las Violencias contra las Mujeres con un presupuesto de CERO pesos.

Chacabuco no queda ajeno a esta situación. Según datos aportados por la Secretaria de Seguridad Ciudadana, en 15 meses se realizaron 1200 denuncias. La contracara a esto son los datos aportados por la Secretaria de Desarrollo Social, según la cual, en un año se tuvo intervención en solo 50 situaciones denunciadas. El agravante: el presupuesto municipal asignado a la asistencia para mujeres que sufren violencia es el equivalente al alquiler de 10 viviendas durante un año.
En nuestra ciudad se desintegró la Mesa de Gestión Local de Violencia de Género, ámbito por excelencia para el diseño de políticas de género y para la construcción de consensos con actores institucionales (como la Fiscalía, el Juzgado de Paz, la Policia Local, la Comisaria de la Mujer y la Familia, entre otros) para intervenir de forma conjunta y articulada, creando protocolos de intervención unificados y criterios de abordaje. Se interrumpieron las capacitaciones en perspectiva de género para las y los trabajadores del Estado que están en permanente contacto con mujeres que sufren violencia. Se discontinuó el acceso a la variedad de métodos para la procreación responsable, que contemplen las necesidades y elecciones particulares. Se eliminaron los programas de microemprendimientos para el empoderamiento económico de las mujeres. Se dejaron de realizar actividades de prevención de las violencias contra las mujeres y de promoción de sus derechos.
Creemos sumamente necesario para todas las mujeres de nuestra comunidad la creación de un equipo interdisciplinario con dedicación exclusiva para atender las temáticas de género; que se avance en la contemplación de la seguridad integral de las mujeres como una cuestión de seguridad ciudadana afectando recursos de la correspondiente área para su protección efectiva; que se cree un programa que de formalidad a la asistencia y garantice el acompañamiento a las victimas de violencia de género en todo su proceso de ruptura del vínculo violento. Y, fundamentalmente, que se reconstruyan aquellas experiencias en políticas publicas que significaban un avance en cuanto a las responsabilidades que todo Estado Municipal debe asumir.

Cuando hablamos de recortes, no hablamos de caracteres fuera de un Excel. La frialdad de los números del ajuste se traduce en historias individuales de mujeres que quedan sumergidas en total desprotección, tragedias familiares sin reparación, hermanas viviendo un calvario sistemático sin la mano tendida del Estado. Cuando hablamos de ajuste en políticas de género hablamos de miles de mujeres fuera del sistema que debería asistirlas y contenerlas.
Esta realidad material y simbólica que impone el frente cambiemos va a contramarcha del avance subjetivo construido en los últimos años. La expansión de derechos, el crecimiento exponencial de los movimientos de mujeres, el aumento al rechazo frente a la violencia machista, representan una aspiración colectiva que permanece y que claramente se encuentra en las antípodas de quienes ejercen el poder del Estado.
Como mujeres del peronismo sostenemos con la convicción de siempre que “sin justicia social no hay equidad de género”, y que los derechos de las mujeres serán consagrados en un país donde la igualdad entre todos las que habitamos estas tierras sea una realidad efectiva.

BELEN YANNETTI – FUERZA PERONISTA PARA LA VICTORIA
ANA MARIA IGLESIAS – PJ
JULIETA GARELLO – FUERZA PERONISTA PARA LA VICTORIA
SILVINA FLORES – PJ
IVANA GROBETS – FUERZA PERONISTA PARA LA VICTORIA
YANINA FINAMORE – PJ
MARY CASSINO – FUERZA PERONISTA PARA LA VICTORIA
NATALIA ELENA – PJ
ADRIANA OLIVETTO – PJ

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