A 36 AÑOS DEL ASESINATO DEL «RUSO» KARAKACHOFF

Sergio Karakachoff.
Sergio Karakachoff.
10/9/12- El 10 de Septiembre de 1976, caía asesinado por las bandas armadas de la última dictadura militar el abogado y dirigente radical Sergio Karakachoff.
Junto a él caía también Domingo Teruggi, su socio en el estudio jurídico y compañero de militancia estudiantil, que llegara a presidir la Federación Universitaria Argentina.
La culpa de ambos: su vocación democrática, su identificación y compromiso con la causa popular. Uno, desde la UCR, el otro, desde el socialismo.
La vida de Karakachoff estuvo signada por un común denominador: la militancia dentro del radicalismo, levantando siempre como metas: la unión de los argentinos, la defensa de los derechos del trabajador, y la búsqueda de hacer realidad una sociedad más igualitaria.
En 1968, impulsa y crea el grupo “En Lucha”, nucleándose en torno suyo un grupo de jóvenes radicales dispuestos a no resignarse a contemplar como el autoritarismo gobernaba la República.
En 1970 impulsa y dirige “En Lucha. Órgano de la militancia radical”, publicación de pretensión quincenal, que aparecería esporádicamente y de acuerdo a los escasos medios disponibles, pretendían “mantener informados a todos los militantes del Radicalismo sobre los problemas fundamentales del país y del partido”.
Sumando a la palabra la acción, ese grupo de jóvenes radicales recorría incansablemente la provincia, reafirmando la necesidad de poner en marcha a la UCR.
Sus concepciones precisas y contundentes sobre el papel de los trabajadores en el proceso político nacional, lo llevaron sin dudar a convertirse en abogado de la combativa CGT de los Argentinos, conociendo en 1971 la cárcel y siendo puesto a disposición de la Cámara Federal.
Los cuerpos de Karakachoff y Teruggi aparecieron el 12 de septiembre acribillados a balazos al costado de la ruta 36 entre las localidades de Arditti y Bavio, en el partido de Magdalena.
Ni siquiera el velatorio de sus restos se escapó a las demostraciones de violencia de los grupos paramilitares.
Amparados en la impunidad que disfrutaban, con disparos intimidatorios y reiteradas pasadas a alta velocidad por el lugar, parecían los asesinos ponerle la firma al crimen cometido.
Casi como una ironía del destino, a escasos días de los asesinatos de Karakachoff y Teruggi, veía la luz editado por un grupo de jóvenes radicales, el periódico “La Causa”, para cuyo único número, Karakachoff había realizado dos colaboraciones.
Ambas reflejaban sus preocupaciones centrales. Una de ellas titulada “Acerca de la violencia”, repudiaba esa violencia que horas después lo tendría como víctima.

(Extraído de escritos de Pedro Azcoiti)

«Un militante no es un héroe. Simplemente quiere vivir. Simplemente no se conforma con aceptar que otros han decidido ya su vida, su futuro, sus módicas ambiciones y su muerte»

Juventud Radical
Comisión de Cultura y Educación
Comité Alem de Chacabuco

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